Introducción
¿Alguna vez sientes que todo en tu vida va mal?
He pasado por momentos como este, y en ocasiones he reconocido que es un ataque del enemigo. Si esto te sucede, no debes preocuparte. La Biblia dice que, si te resistes al enemigo, él se irá, y podrás reclamar las promesas de Dios.
No hay que temer al enemigo. Solo tenemos que ser conscientes para no someternos a sus planes. Por ejemplo, no te sometas a problemas financieros que vengan contra ti. La sabiduría de Dios está a tu disposición para todas las áreas de tu vida. Puedes reclamar Deuteronomio 8:18 que dice que tienes el poder de ganar riqueza, y puedes declarar que cualquier ataque contra tus finanzas es detenido, en el nombre de Jesús. También puedes declarar que cabalgarás sobre las alturas de la tierra (Isaías 58:14) y caminarás en la bendición de Dios (Gálatas 3:14).
Si tienes dolor, recuerda que el propósito del dolor es advertirte cuando las cosas van mal. No debe ser una plaga continua. El enemigo desea traer dolor porque socava tu energía y alegría, pero no tienes que aceptarlo. Puedes decir: "Dolor, te ordeno a ti y a su causa que se vayan. Me resisto a esto en el nombre de Jesús. Cuerpo, declaro sanidad sobre ti, y vida en el nombre de Jesús. ¡Gracias, Padre!"
Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras.2 corintios 9:8 (DHH)
Siempre que las cosas vayan mal, recuerda que como creyente, tienes la autoridad para resistir los ataques del enemigo. Sigue reclamando las promesas de Dios y recuerda que son tuyas en el nombre de Jesús, incluida la salud sobrenatural.
Ahora, una cosa es saber que algo te pertenece y otra diferente es experimentarlo personalmente. Juntos en este libro electrónico, vamos a ver cinco maneras de resistir al enemigo y caminar en salud. Esta no es una lista de verificación para curarse, sino más bien una forma de examinar tus creencias a nivel del corazón. Al revisar estas cinco áreas, ¡creo que tus ojos se abrirán a una nueva revelación!
¿Qué estás diciendo?
¿Estás tu o un ser querido enfrentando una crisis de salud? Cuando se enfrenta una dolencia o enfermedad, es importante saber cómo resistir las palabras que son contradictorias a lo que Dios nos ha prometido.
Una vez estaba con un ser querido en el hospital cuando una enfermera vino a hacerle un chequeo. Aunque estoy seguro de que no tenía mala intención, mientras se inclinaba hacia ella dijo: "Oh, estás mucho más enfermo de lo que pensábamos". Tan pronto como la enfermera se enderezó, me incliné y dije: "No lo estás. No aceptes eso. Vas a salir de aquí curado, sano y entero".
Ahora, no digo que debamos ignorar lo que los profesionales de la salud nos dicen. Quieres que te digan cuando algo anda mal para que puedas enfrentar el problema por todos los medios posibles y para saber cómo declarar en contra de ello. Pero nunca aceptes la desesperanza. Cuando alguien declare negatividad sobre tu futuro no te permitas creerlo.
El que tiene cuidado de lo que dice, nunca se mete en aprietos. Proverbios 21:23 (DHH)
Asegúrate de que las palabras que dices estén alineadas con promesas de salud y curación. No digas que te contagias de todas las gripes que aparecen. No creas que vas a tener cáncer porque las estadísticas dicen que es probable o porque se ha presentado en tu familia. No aceptes todo lo que dicen las noticias; recuerda que los titulares están diseñados para provocar miedo en ti para mantenerte atento.
Como creyente, se te ha prometido salud y curación, ¡así que resiste cualquier palabra contraria y reclama esa promesa!
¿Qué esperas?
Cuando se enseña la Palabra de Dios, la Biblia dice que Él la confirma con señales que le siguen. Tenemos que esperar cosas buenas. ¡Espera lo milagroso!
Dios te hizo, y Él quiere que tu cuerpo esté en su mejor condición y tu mente libre. Quizás has soportado un problema durante tanto tiempo que has perdido la esperanza de ser sanado. El hecho de que los médicos le den un nombre a una condición no significa que sea permanente. ¡Todo se somete al nombre de Jesús!
Ellos salieron a anunciar el mensaje por todas partes; y el Señor los ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas. Marco 16:20 (DHH)
Es posible que hayas orado sin obtener resultados, así que ahora dices: "Bueno, solo voy a caminar en la gracia de Dios", lo que para ti significa que Él te ayuda a soportarlo. No, la gracia de Dios te capacita para estar bien.
Levantémonos en la fe y reconozcamos que el reino espiritual domina al físico y al mental. El Espíritu de Dios en nosotros domina la enfermedad mental. Domina la opresión demoníaca. Domina las enfermedades y dolencias físicas.
La presencia de Dios en tu espíritu recreado te da el poder de resistir toda enfermedad y dolencia, y eso es lo que está sucediendo en ti en este momento.
Creamos juntos que la enfermedad sale de tu cuerpo. Di: "Gracias, Padre, porque soy fuerte y saludable, en el nombre de Jesús. La enfermedad no tiene derecho a estar en mi cuerpo. Mis órganos funcionan correctamente y cada sistema de mi cuerpo está en equilibrio. Cada célula del cerebro y terminación nerviosa desde la parte superior de mi cabeza hasta la punta de mis pies está siendo restaurada para servirme adecuadamente. Los problemas que he estado enfrentando ya no me impedirán cumplir los planes de Dios para mi vida. ¡En el nombre de Jesús, estoy sano y estoy en paz!"
¿A qué te estás sometiendo?
Cuando la enfermedad o los problemas te persiguen, el enemigo desea que te sometas a ellos. Pero si te resistes, ¡estas cosas desaparecerán! Dios quiere que te sometas a Sus promesas, no a lo que el enemigo está tratando de traer a tu vida.
Despierta esa lucha en tu interior. Levántate y di: "¡No, en el nombre de Jesús!" La presencia de Dios está dentro de ti para expulsar lo que venga en tu contra.
Cuando el diablo esté encerrado para siempre, no habrá más enfermedades en el planeta. Esto te muestra quién es el autor de la enfermedad. Toda enfermedad es de origen demoníaco. No existía en el planeta hasta que Adán se sometió al diablo.
Si eres seguidor de Cristo, eres miembro de la familia de Dios. No estás viviendo en el reino de Satanás. Has sido liberado del reino de las tinieblas. Estás en el Reino de Dios, como dice el versículo de hoy. La enfermedad y la dolencia no pertenecen al Reino de Dios.
Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos llevó al reino de su amado Hijo, Colosenses 1:13 (DHH)
Nos engañan para que nos sometamos a las enfermedades porque están a nuestro alrededor. ¡Puedes llegar al punto en que tienes una contracción en la ceja y comienzas a buscar síntomas en internet! Esperamos desarrollar algún tipo de problema médico o sufrir de demencia mientras envejecemos, pero no tienes que someterte a nada de eso. De hecho, debes resistirte a ello, diariamente, en tu tiempo de devoción con Dios.
La verdad es que puedes expulsar y derrotar cualquier cosa que venga en tu contra, ¡porque Dios te quiere sano y completo!
¿Estás orando con autoridad?
Hemos estado hablando de cómo nosotros, como creyentes, podemos resistir la enfermedad y la dolencia en nuestras vidas.
Algo que deseo aclarar es que la enfermedad y la dolencia no son una señal de algún tipo de pecado en tu vida. Las enfermedades existen en el planeta debido a la caída de Adán. No son un castigo por algo que has hecho mal.
Como creyente, eres aceptado por Dios. El nivel en el que sigues los principios de Dios no determina el nivel en el que experimentas Sus promesas. Lo que hizo Jesús fue lo que nos permitió ganar las promesas de Dios, y eso es un hecho.
Todas las promesas son nuestras. Cuando la enfermedad nos ataca, simplemente tenemos que resistirla porque no viene de Dios.
»El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10 (DHH)
Permítanme darles algunos ejemplos más de cómo pueden orar cuando están lidiando con una enfermedad o cuando están orando por otra persona. Puedes decir: "Tomo autoridad sobre esta enfermedad en el nombre de Jesús. Enfermedad, te ordeno que dejes este cuerpo. Cuerpo, te declaro vida. ¡Mi cuerpo se amoldará a la Palabra de Dios en el nombre de Jesús, y al principio de vida que está en Cristo Jesús! También declaro paz sobre mi mente. Declaro que no tengo un espíritu de temor, sino que, como dice 2 Timoteo 1:7, tengo un espíritu de poder, amor y una mente sana".
¿Sabes lo que es tuyo?
Cualquier cosa que no se encuentre en el Cielo no tiene el derecho de estar en tu vida, y puedes ejercer tu autoridad sobre ella.
Por ejemplo, el diablo odia cuando nos amamos unos a otros, cuando los niños sirven a Dios y las familias se divierten juntas. Él quiere que te quedes en la cama, sin poder disfrutar de tiempo con tu familia.
Cualquier cosa que agote tu tiempo y energía y te impida hacer lo que Dios dice no es lo mejor para ti. Recuerda que toda autoridad te ha sido dada por Dios. Todo por lo que Jesús murió en la cruz es tuyo. ¡Lo que tienes que hacer es despertar un espíritu de resistencia!
Cuando te sientas presionado por cosas, puedes decirles que se vayan en el nombre de Jesús y agradecer a Dios por Sus bendiciones y favores mientras sigues con tu vida. La guerra espiritual no tiene que ser ruidosa y loca porque la batalla ha sido ganada. Jesús ya pagó el precio en la cruz.
Las armas que usamos no son las del mundo, sino que son poder de Dios capaz de destruir fortalezas. Y así destruimos las acusaciones y toda altanería que pretenda impedir que se conozca a Dios. Todo pensamiento humano lo sometemos a Cristo, para que lo obedezca a él, 2 Corintios 10:4-5 (DHH)
Recuerda que Su favor está en tu vida – en el aspecto financiero, en cuanto a protección, salud y relaciones. ¡Y sé proactivo! No esperes a que la enfermedad te presione para empezar a declarar salud y vida sobre tu cuerpo.
Conclusión
Si has estado buscando respuestas y te has esforzado al máximo para tratar de superar lo que estás enfrentando, recuerda este versículo de hebreos:
Debemos, pues, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de aquellos que no creyeron. Hebreos 4:11 (DHH)
No habla de esforzarse para sanar. No habla de esforzarse para ser próspero. Dice que hay que esforzarse para entrar en el reposo.
Reconoce que las promesas de Dios son tu derecho. Esa parte ya está hecha. A partir de ese reconocimiento, puedes desarrollar una sensación de facilidad, porque el yugo de Jesús es fácil y Su carga ligera.
No digo que no necesitarás hacer tu parte, pero puedes experimentar paz a través de todo. El camino hacia la recuperación puede implicar un poco de trabajo duro, pero no necesitas esforzarte ni luchar o desgastarse. Si así es como te has estado sintiendo, estás olvidando que tienes el favor de Dios y Su gracia en tu vida te da poder.
En lugar de creer que servir a Dios es difícil, puedes confiar en la gracia que Jesús te ha dado. Él te ha calificado para todas las bendiciones de Dios y te ha empoderado para caminar en victoria con una provisión abundante.
Todos los días, recuerdas que Su favor está sobre ti (Salmo 84:11) y que Su bondad te persigue (Salmo 23:6). Recuerda que Su sanidad está dentro de ti (1 Pedro 2:24). Ningún virus, enfermedad o dolencia extraña tiene oportunidad en ti o en tu familia. Éxodo 23:25 dice que Él quita la enfermedad de medio de nosotros. Y el Salmo 91:7 declara que mil pueden caer a tu izquierda y diez mil a tu derecha, pero nada te tocará.
Cree y sé bendecido. Cree en Su favor y camina en Sus promesas.