ebooks

Enfocados en la fe:

7 cambios de mentalidad

Read ebook
Leer
Download ebook
Descargar
Libro electrónico en español - marzo 2023

Introducción:

Hay muchas enseñanzas disponibles sobre el tema de la fe. La Palabra de Dios nos muestra que no somos solo peones pasivos en este planeta, destinados a vivir nuestra suerte en la vida. Nos asociamos con Dios a través de nuestra fe, que puede mover montañas y crear milagros increíbles.

Desgraciadamente, algunos creen erróneamente que, si tu tienes algún problema, se debe a tu falta de fe, y juzgan a las personas que tienen dificultades.

Jesús no nos enseñó que podemos evitar todos los problemas si tenemos suficiente fe. De hecho, Él nos dijo claramente que este mundo tiene problemas, aunque quiero señalar que Él no dijo que Dios estuviera detrás de esos problemas. Este mundo tiene sus propios problemas.

Esta creencia errónea sobre la fe es muy destructiva. Si nos empeñamos en juzgar a las personas que atraviesan tiempos difíciles, algunos ocultarán sus problemas de aquellos que deberían darles la ayuda y el aliento que necesitan. Otros buscarán frenéticamente una causa más profunda cuando las cosas van mal. Aunque es importante evaluar si tus elecciones están contribuyendo a tus problemas, a veces llegan tormentas que no tienen nada que ver con tus elecciones.

"Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo." Juan 16:33 (DHH)

Si estás pasando por un desafío, no te quedes atascado preguntándote por qué estás allí. Recuerda que tener un problema no significa necesariamente que vayas por el mal camino. Después de todo, Pablo tenía mucha fe y, sin embargo, fue azotado, golpeado y expulsado de la ciudad regularmente. Es posible que solo necesites seguir adelante, enfocarte en Jesús y buscar soluciones. ¡Tienes todo lo que necesitas para vencer! Ahora, pasemos a siete formas prácticas en las que puedes cambiar tu mentalidad y mantenerte enfocado en tu fe.

Lidiar con la duda

¿Alguna vez has tenido momentos en los que dudas de Dios o de Sus promesas? No estás solo. Todos luchamos con la duda a veces.  Incluso el gran Juan el Bautista tuvo una temporada de dudas.

Un día, Jesús se acercó a Juan mientras bautizaba a la gente en el río. De repente, Juan vio al Espíritu Santo descender sobre Jesús como una paloma, la misma señal que Juan había estado esperando para revelar al "Hijo de Dios." (Juan 1:34, DHH).

Algún tiempo después, John tuvo un momento de debilidad cuando estaba en la cárcel y tenía pocas posibilidades de salir. Mientras estaba sentado en su celda, se preguntó si Jesús realmente era "el indicado", a pesar de que había visto la señal de primera mano. Así que Juan envió a dos de sus discípulos a preguntarle a Jesús: "¿Eres tú el Mesías que hemos estado esperando, o debemos seguir buscando a alguien más?" (Lucas 7:19).


Luego les contestó:—Vayan y díganle a Juan lo que han visto y oído. Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia la buena noticia.” Lucas 7:22 (DHH)

Es interesante leer cómo respondió Jesús. No se enfadó ni hizo grandes afirmaciones; simplemente les pidió que analizaran la evidencia. En Lucas 7:22, era como si dijera: "Den un vistazo a mi historial y decidan por ustedes mismos".

Si Juan el Bautista necesitaba un recordatorio para mirar el historial de Jesús, tú también lo necesitarás.

No te desanimes cuando dudes. Simplemente recuerda los milagros que Dios ha hecho en tu vida y en las vidas de los que te rodean. Al igual que Juan, podemos olvidar rápidamente, pero combatimos la duda recordándonos Su poder en nuestras vidas. Cuando estás pasando por un momento difícil, la duda puede hacer que te preguntes si realmente escuchaste a Dios. Puede que te preguntes si estabas destinado a empezar tu negocio o a emprender el camino profesional que estás siguiendo. Si estás teniendo dificultades en tu matrimonio, puede que te preguntes si tomaste la decisión correcta.

Esas dudas pueden parecer incluso peores por la noche, cuando la preocupación y el miedo parecen tener mayor facilidad de poner sus tentáculos sobre ti.

Cuando tienes dudas, la Biblia te enseña a hacer dos cosas:
1.    Recuerda las grandes cosas que Dios ha hecho.
2.    Alaba a Dios.

Isaías 61:1-3 dice que puedes cambiar ese sentimiento de pesadez y estrés por una actitud de alabanza. Cuando alabas a Dios por lo que ha hecho, por quién es y por lo que va a hacer, la pesadez desaparece y es reemplazada por alegría.

Al alabar a Dios, te enfocas en Él en lugar del problema. Es posible que aún tengas que atravesar dificultades, pero obtienes la fuerza que necesitas para hacerlo mientras lo alabas y pasas tiempo en Su presencia.

Es algo muy simple, pero lo olvidamos con mucha frecuencia. Si estás luchando hoy, no mires la tormenta frente a ti. No permitas que tus sentimientos se apoderen de ti. Alábalo a Él, y observa cómo tu día da un vuelco.

Pasa tiempo con Dios

¿Alguna vez te olvidas de involucrar a Dios en tu vida? Es importante planear y crear estrategias, pero si eso es todo en lo que confías, estás en problemas. Intentar vivir sólo en tus propias fuerzas y habilidades es estresante.

Como creyentes, podemos acudir a Dios en busca de la fuerza, el poder y la habilidad que necesitamos. Todo lo que tenemos que hacer es pasar un poco de tiempo en Su presencia y esa gracia fluirá en nuestras vidas. La Biblia dice que, como resultado, somos bendecidos —felices, afortunados y dignos de envidia. Pero cuando pensamos que tenemos que hacerlo todo nosotros mismos, esto sólo nos lleva al agotamiento.

Incluso Jesús necesitaba pasar tiempo a solas con Dios, ¡así que definitivamente, tú también lo necesitarás!

Necesitas la presencia de Dios para afrontar lo que está delante de ti. Con Él, "nada [es o será] imposible" (Lucas 1:37, AMP). Jesús dijo que tendrás problemas en este mundo, pero que no te preocupes porque Él venció al mundo (Juan 16:33). Él tiene todo el poder que necesitas, así que pasa algún tiempo con Él y ese poder y esa habilidad impregnarán tu vida.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia. Salmos 46:2–4 (DHH)

Cuando te levantes cada mañana, empieza tu día con una oración que diga algo así: "Padre, gracias por darme el poder y la capacidad de ser la persona que Tú hiciste para que fuera".

El poder y la capacidad de Dios en tu vida no es algo que puedas ganarte. Jesús ya lo ganó por ti, así que todo lo que necesitas hacer es venir a Dios humildemente y pedirlo.

Establece metas

Trabajar para conseguir tus objetivos y al mismo tiempo creer que las cosas buenas te llegarán es un cambio de mentalidad muy importante.

Muchas veces pensamos que la oración consiste en pedir algo a Dios y esperar a que Él lo haga. A veces incluso pensamos que hacer algo nosotros mismos para solucionar el problema demuestra falta de fe. En realidad, eso no es cierto.

Al principio de nuestra vida matrimonial, mi esposa Sally y yo necesitábamos trescientos dólares extra un mes. Nos pusimos de acuerdo juntos en oración en que nuestra necesidad sería satisfecha, y entonces le pedí a mi jefe algunos turnos extras en el trabajo. Pude trabajar algunas horas aquí y allá y nuestra necesidad financiera fue satisfecha.

Algunos dirían que demostré falta de fe en aquella situación porque no esperé a que Dios supliera mi necesidad de manera asombrosa, pero no estoy de acuerdo. No creo que Dios quiera que oremos y nos quedemos sentados esperando a que llegue el cheque.

De hecho, Efesios 6:13 nos enseña algo muy distinto. Dice que después de haber hecho todo, ¡entonces te mantienes firme!

Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes. Efesios 6:13 (DHH)

No tienes que sentarte a esperar que ocurran milagros. Necesitas orar, por supuesto, pero luego haz todo lo que esté a tu alcance mientras anticipas un resultado positivo.

Dios bendecirá el trabajo de tus manos. Él multiplica tus esfuerzos, pero un millón de veces nada sigue siendo nada. Pon un poco de esfuerzo, por pequeño que parezca, ¡y te sorprenderás de lo que Dios puede hacer!

Recuerda el trabajo terminado

Muchos cristianos hoy en día todavía están atrapados en un patrón de oración que corresponde al Antiguo Testamento. Ruegan y suplican a Dios porque piensan que depende de Dios liberar milagros en sus vidas.

Antes de Jesús, las cosas funcionaban de esa manera. Pero bajo el nuevo acuerdo que Jesús hizo posible, no es así en absoluto. Dios ya ha liberado lo milagroso en ti.  No tienes que rogarle por algo que Él ya te ha dado.

Después de entregar tu vida a Jesús, Dios vive en ti. En el Antiguo Testamento, Su presencia se alojaba en una tienda. Más tarde hizo su hogar terrenal en un tabernáculo. Pero hoy, El habita dentro de ti. No está en algún lugar en el Cielo, así que no tienes que tratar de invocar lo milagroso.

Él está en ti, y Él es más grande que cualquier fuerza negativa que pueda venir en tu contra. Él es más grande que cualquier cosa que intente evitar que vivas una buena vida, una vida llena de alegría, sanidad y prosperidad.

Si en este momento, no estás experimentando lo mejor de Dios en tu vida, ya sea en el área de la salud, la prosperidad financiera, la paz en tus relaciones o cualquier otra promesa que Él haya hecho, Dios no es quien está retrasando esa promesa. Él no está reteniéndote nada.

Dios ya ha liberado esa promesa en tu vida. Todo lo que necesitas está en ti. Este es tu momento para creerlo. No importa qué desafíos estés enfrentando, Dios es más grande... y Él vive en ti. ¡Tú tienes lo que se necesita para vencer!

Cree por más

Dentro de cada ser humano hay un deseo de hacer más, experimentar más, lograr más y tener más. Eso no está mal. Piénsalo: sin este deseo, todos seguiríamos viviendo en cuevas y tiendas de campaña. Sólo se convierte en un problema si dejas que ocupe el primer lugar en tu vida.

Algunos argumentarían que querer más es codicia, pero Jesús vino para que pudieras tener vida, ¡vida en abundancia (Juan 10:10)! Y piénsalo... puede que estés contento con tus ingresos actuales, pero ¿a cuántas personas más podrías ayudar si tus ingresos siguieran aumentando? Tener un matrimonio estable puede parecer "suficientemente bueno", ¡pero es aún mejor desarrollar un matrimonio que inspire a otros a ir tras la construcción de una relación asombrosa con el amor de su vida!

¡Ve por ello! Habla y actúa como si realmente creyeras que tendrás lo que Dios dice que puedes tener. Esto no significa que tienes que hacer algo loco como tirar todos tus medicamentos. Simplemente agradece a Dios todos los días por Sus promesas, y luego actúa. Cree y luego haz lo que tengas que hacer para pasar al siguiente nivel.

Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. Hebreos 11:6 (DHH)

Así es cómo funciona la fe. Digamos que empiezas a creer por más en un área de tu vida. Tal vez quieres relaciones más cercanas, mejores finanzas, sanidad o más alegría. Cuando te convences de que puedes tener lo que Dios te prometió, comienzas a actuar con base en esa creencia, y esa área comienza a mejorar.

Disfrutas de esa mejora por un tiempo, pero en poco tiempo deja de ser emocionante. Se convierte en tu nueva normalidad... Y de nuevo tu corazón comienza a clamar por más. Algo dentro de ti siempre te conducirá hacia lo que aún no tienes. Algunos dirían que deberías estar satisfecho con el lugar donde estás, pero permanecer estancado en realidad muestra falta de fe.  Y Hebreos 11:6 dice que sin fe, es imposible agradar a Dios.  Dios te dio un deseo de más, pero necesitas fe para lograrlo.

La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Así que, si te quedas en un nivel, no necesitas fe. Ya tienes todo lo que esperabas tener. Ya que no puedes agradar a Dios sin fe, ¡ve siempre por más!

Tu crecimiento nunca debe terminar. Mientras haces las cosas de manera diferente, mientras esperas grandes resultados, un emocionante sentido de pasión se construye desde adentro.  ¡Dios te está animando! No lo agradas al conformarte con la vida que tienes. Él quiere que experimentes más, sea lo que sea que ese "más" signifique para ti.

Negarse a conformarse

Un corazón que cree no se conforma.

La fe no es un asentimiento mental. El asentimiento mental es estar de acuerdo con algo en tu mente, pero no puedes depender sólo de tu mente. Tu mente depende del razonamiento, que intentará disuadirte de tu milagro.

Cuando decides creer, te vienen a la cabeza razones por las que crees que las cosas no pueden cambiar. Por ejemplo, si te diagnostican cáncer, puedes justificar que, de alguna manera, te lo merecías porque es hereditario. Si la estás pasando mal con tus hijos adolescentes, podrías razonar que mereces probar un poco de lo que hiciste pasar a tus padres porque tú tuviste unos años difíciles.

Aunque consigas convencer a tu mente de lo que Dios dice, no hay poder en el asentimiento mental. Necesitas creer en tu corazón, lo que implica ser capaz de imaginarlo llegando a tu vida.

Pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por esto, cuando alabamos a Dios, decimos «Amén» por medio de Cristo Jesús. Y Dios es el que a nosotros y a ustedes nos ha afirmado al unirnos a Cristo, y nos ha consagrado. Nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir. 2 Corintios 1:20–22 (DHH)

Como ves, Jesús murió en una cruz y pagó el precio para que tú y yo pudiéramos caminar en la bendición de Dios. La respuesta cuando pides cualquier promesa de Dios es siempre sí. Él quiere que experimentes Sus promesas aún más que tú.

La religión tratará de hacerte aceptar que lo que tenga que ser, será. Pero si meditas en las promesas de Dios y te las imaginas en tu vida, no te conformarás con nada que no sea lo mejor de Dios.

Deshazte de la mentalidad religiosa. Resiste todo lo que intente limitarte. Y si la gente dice "No se puede hacer", cuando vas por el logro de una gran meta con Dios, ¡demuéstrales que están equivocados!

Recuerda tu fuente

¿Le falta algo a Dios?

Si una niña de 14 años con un bebé en brazos te parara en la calle y te pidiera dinero para comprar leche para su bebé, ¿qué harías? Si pudieras permitírtelo, probablemente también le comprarías la cena. Y si no tuviera casa, probablemente llamarías al albergue más cercano para encontrarle un lugar donde quedarse. Satisfacer sólo una pequeña parte de sus necesidades no te parecería suficiente cuando tienes más que ofrecerle. En otras palabras, cubrirías su necesidad según lo que tuvieras para dar.

Dios también satisface tus necesidades de acuerdo con lo que Él tiene para ofrecer.

Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. Filipenses 4:19 (DHH)

¿Le falta algo a Dios? ¿Le asusta una necesidad económica? Sus calles están pavimentadas con oro. ¿Le abruma la curación? Él inyectó vida en toda la creación. Él no sólo quiere mantenerte vivo, quiere que prosperes sin dolor y lleno de energía, pasión, alegría y paz. Él no quiere una célula cancerosa o una célula funcionando por debajo de lo óptimo. Dios no satisface tus necesidades a partir del suministro que tú puedes ver en tu mundo.

Él satisface tus necesidades usando Su suministro sin fin, Sus gloriosas riquezas. Aunque tus necesidades te parezcan gigantescas, son minúsculas para Él.

Por el "poder que actúa en nosotros" gracias a Jesús, Dios es "capaz de [llevar a cabo Su propósito y] hacer cosas sobreabundantes, que van mucho más allá de todo lo que nos atrevamos a pedir o pensar [infinitamente más allá de nuestras más elevadas oraciones, deseos, pensamientos, esperanzas o sueños]" (Efesios 3:20, AMP). Dios no sólo quiere satisfacer tus necesidades. Él quiere que sean satisfechas en exceso, así que ya ha colocado lo que necesitas dentro de ti.

Conclusión

No aceptes tus precarias circunstancias.

Mucha gente piensa que los cristianos deben aceptar lo que les ha tocado en la vida. Argumentan que es la voluntad de Dios que algunos sean pobres y otros estén enfermos, así que tenemos que aprender a contentarnos.

No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Filipenses 4:11 (DHH)

A veces usan la escritura de hoy para justificar esta creencia, pero quiero que noten la palabra "tengo". Pablo se estaba refiriendo a un marco de tiempo, a un período o temporada de la vida. Otras traducciones usan la palabra "circunstancias", y las circunstancias cambian. No son para toda la vida.

Por supuesto que necesitas estar contento en cada temporada. Si estás pasando por un momento difícil, puedes encontrar cosas por las que estar agradecido, pero eso no significa que tengas que aceptarlo para el resto de tu vida. ¿Dónde queda la fe si nos limitamos a aceptar las malas circunstancias? Sé que las cosas malas suceden, y necesitamos encontrar gozo en nuestra relación con Dios a través de todo, pero ¿en qué parte de la Palabra de Dios encuentras que Él quiere que te conformes con lo que es "suficientemente bueno"?

Mientras te mantienes agradecido dentro de tus circunstancias actuales, puedes sembrar semillas para una cosecha diferente.

La alegría no viene de una casa bonita o un ingreso sustancioso. No depende de si tienes un puesto de principiante o si eres el director general. Encuentras gozo en tu relación con Jesús, pero todavía puede haber un impulso dentro de ti que diga: "Quiero experimentar más de Dios y lograr aún más con Él".

Si te enfrentas a un momento difícil, lo superarás. Es sólo un estado, una estación, una circunstancia. ¡Continúa creyendo e imagínate disfrutando de la increíble vida que Él te prometió!

Gift Offer

Get this
Libro electrónico en español - marzo 2023