Introducción
¿Alguna vez te has sentido atrapado en la rutina de la vida cotidiana, cuestionándote continuamente si hay algo más que podrías hacer para alcanzar tus metas y sueños?
A veces, necesitamos ser desafiados a redefinir los límites de nuestra zona de confort. En los siguientes capítulos, aprenderás sobre las promesas ilimitadas de Dios que te pertenecen, la fuerza que posees para lograr cosas extraordinarias y la importancia de liberarte de los conceptos religiosos erróneos que pueden estar frenándote. Tu pasado no define tu futuro, ¡y el potencial que Dios te ha dado es ilimitado!
Oramos para que este libro electrónico te ayude a establecer una nueva normalidad en tu vida que te sirva de trampolín hacia un futuro mejor y más brillante. Reescribe tu historia, establece expectativas más altas y acepta lo que Dios dice que es normal.
¿Cuál es tu normalidad?
¿Qué consideras normal? ¿Es normal que te sientas enfermo y cansado todo el tiempo? ¿Son normales las peleas y los conflictos en tus relaciones? ¿Y en lo económico, es normal quedarte sin dinero a final de mes?
Tu normalidad es todo lo que puedes imaginar para ti, y es algo que puede estar limitándote. Vivirás en tu "normalidad" el resto de tu vida. Podrías tener un mes de avance en algún área, sólo para deslizarte de vuelta a lo que es normal—a menos que renueves tu mente hacia una nueva normalidad para tu vida.
» No tengan miedo, ovejas mías; Ustedes son pocas, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.
Lucas 12:32 (DHH)
Tal vez te gustaría hacer devocionales o leer la Biblia con mayor regularidad, pero te resulta muy difícil adquirir el hábito. ¡Eso se debe a que no es tu rutina habitual! Imagínate a ti mismo allí primero. Imagínate disfrutando de un tiempo tranquilo con Dios todas las mañanas antes de que el día se vuelva agitado.
Quizás te gustaría que tus hijos fueran a la universidad para cumplir sus sueños, pero nadie en tu familia ha ido a la universidad, así que no puedes imaginarlo. ¡Es hora de conseguir una nueva normalidad! Piensa en ello hasta que puedas verlo.
Tú puedes cambiar tu normalidad. Determina radicalmente en tu mente que te niegas a aceptar la normalidad que estás experimentando en la actualidad. Repítete a ti mismo: "¡Esto no es normal! ¡No viviré así!" Incluso, si el lugar en el que te encuentras actualmente es bastante bueno, recuerda que lo bueno es enemigo de lo mejor.
Si deseas lo mejor de Dios, tienes que dejar de conformarte con lo que es suficientemente bueno. Sigue buscando lo mejor. ¡Puedes vivir en lo mejor de Dios!
Preguntas de reflexión:
- ¿Qué aspectos de tu vida has considerado "normales" y que podrían estar limitando tu potencial de crecimiento personal?
- Reflexiona sobre la afirmación: "Si quieres lo mejor de Dios, tienes que dejar de conformarte con lo que es suficientemente bueno". ¿Cuáles son algunas de las áreas de tu vida en las que te has conformado con "lo suficientemente bueno" y cómo puedes esforzarte por obtener lo mejor de Dios en esas áreas?
- ¿Hay hábitos u objetivos específicos, que en el momento te parecen muy desafiantes porque no hacen parte de tu "normalidad" actual, pero que te gustaría incorporar a tu vida? ¿Cómo puedes empezar a imaginarlos y trabajar en ellos para hacerlos realidad?
¡Todo te pertenece!
¿Acaso Dios creó la risa solo para ciertas personas? No, Él quiere que todos disfrutemos de la vida. ¿Dios creó la sanidad solo para algunos? No, Dios quiere que todos estemos sanos y completos. ¿Dios creó la vida como algo que hay que soportar? ¡De ninguna manera! Dios no solo hizo que todo fuera bueno para nosotros, ¡sino que todo nos pertenece!
1 Corintios 3:21–22 (DHH) dice: "Por eso, nadie debe sentirse orgulloso de lo que es propio de los hombres; pues todas las cosas son de ustedes: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro; todo es de ustedes." En otras palabras, todo les pertenece, ustedes pertenecen a Cristo, y Cristo le pertenece a Dios.
Cada promesa de Dios te pertenece: una gran familia, un cuerpo sano, risas y alegría en tu hogar, una vida emocionante, la capacidad de solucionar problemas y el poder de cumplir tu propósito y los verdaderos deseos de tu corazón.
Puedes experimentar todo lo que es tuyo, pero se necesita más que esperanza. Se necesita fe. Y la fe entra en acción cuando estás muy convencido de algo que empieza a parecerte normal. Ahí es cuando sabes que tienes fe.
Sigue estudiando y aprendiendo hasta que la idea de estar completamente sano te parezca normal. Sigue construyendo esperanza hasta que puedas imaginar tu futuro lleno de prosperidad. Cuando las promesas de Dios te parezcan normales, creerás que todo va a ser mejor. Cree que tu salud y tus finanzas siempre seguirán creciendo y mejorando, y si hay un problema, confía en que se resolverá.
No tienes que preocuparte por el futuro. Dios preparó un gran futuro para ti, y te pertenece.
Preguntas de reflexión:
- Cuando se trata de experimentar las promesas de Dios, ¿en qué sentido la fe es más poderosa que la esperanza? ¿Cómo puedes cultivar y fortalecer tu fe en áreas específicas de tu vida?
- Según 1 Corintios 3:21-22, "Todas las cosas les pertenecen". ¿Qué promesas específicas de Dios mencionadas en el capítulo resuenan contigo personalmente?
- ¿Cuáles son algunas de las maneras en que puedes recordarte a ti mismo esas promesas cada día y llegar a aceptarlas totalmente?
¡Puedes hacer todas las cosas!
La mayoría de nosotros somos conscientes de que Dios puede hacer cualquier cosa. La cuestión es... ¿crees realmente que puedes hacer todas las cosas a través de Cristo?
Es fácil creer que Dios puede hacer grandes cosas. Otra cosa muy distinta es poder decir con confianza: "¡Puedo hacerlo todo!" El final de ese versículo es "por medio de Cristo que me fortalece", pero eso no cambia el hecho de que eres tú quien lo hace
¿Ves la diferencia? Dios obra a través de la humanidad en este planeta. ¡Él te fortalece para que puedas hacer todas las cosas!
No hay nada que te detenga. No creas ninguna de las excusas que te vienen a la mente. Decide: "¡No me quedaré en mi situación actual!" ¡Despierta tu espíritu de lucha y niégate a conformarte!
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13 (DHH)
No se espera que lo logres con tus propias fuerzas, ¡pero puedes hacerlo! Puedes construir una gran carrera. Puedes resolver ese problema de pareja. Puedes cambiar tu forma de pensar. Puedes estar sano y conseguir los fondos que necesitas para financiar los sueños de tus hijos. Puedes criar a la próxima generación y ser parte de una iglesia próspera que está llegando a la gente. Puedes crear un matrimonio maravilloso y romántico con una persona especial. ¡Puedes amar, reír y disfrutar de la vida!
Tienes que creerlo muy dentro. No se trata de lo que dices que crees. Tampoco se trata de creer que Dios puede hacerlo. La cuestión es... ¿Crees que Dios lo hará por ti?
Cuando creas que las promesas de Dios son tuyas, se convertirán en tu nueva idea de la normalidad... y estarás bien encaminado a experimentar lo mejor de Dios.
Preguntas de reflexión:
- Dios nos fortalece para que podamos hacer todas las cosas. ¿En qué áreas de tu vida necesitas tener más confianza en tu capacidad para tener éxito?
- ¿Cuáles son algunas de las excusas comunes o creencias autolimitantes que tienes?
- ¿Qué puedes hacer en esta semana para resucitar un antiguo sueño o trabajar en algo que has dejado de buscar? Escribe tu plan y considera pedirle a un amigo de confianza que te haga responsable.
No permitas que la religión te limite
La fe requiere de lucha. Tenemos que esforzarnos para convencernos de que podemos crecer.
Me molesta mucho cuando alguien que lucha por creer se ve frenado por creencias religiosas, creadas por el hombre. Muchas de estas creencias sugieren que debemos contentarnos con nada—que la pobreza es divina. Es una lástima, porque esta mentalidad de pobreza nos impide hacer lo que cada uno de nosotros está llamado a hacer en este planeta.
En una mentalidad cristiana de pobreza, se enseña a la gente que si alguien tiene éxito debe estar en algo comprometedor. Los cristianos acaban sintiéndose culpables cuando les va bien. Un hombre me dijo que había dejado de ir a la iglesia porque no dejaba de recibir miradas de reproche cuando entraba con su bonito automóvil.
Si esta es una creencia con la que creciste, necesitas reconocer que no se encuentra en la Biblia. Dios quiere que seamos generosos y debemos asegurarnos de no permitir que el dinero nos controle. Estamos llamados a marcar la diferencia en este planeta.
Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente. Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien.
Salmos 128:1-2 (DHH)
La realidad es que el dinero es una herramienta necesaria para dar a conocer a Jesús. No sólo eso, sino que Dios no tiene ningún problema en que disfrutemos de los frutos de nuestro trabajo. Él nos ha dado todas las cosas para que las disfrutemos.
Dios quiere que crezcas y que tengas mucha salud. Él quiere que disfrutes tu vida mientras logras ser una bendición para otros. Da. Sirve. Se voluntario. Asegúrate de preocuparte por otras personas, pero sigue creyendo que experimentarás las bendiciones de Dios en cada área de tu vida.
Preguntas de reflexión:
- ¿Cómo influye el concepto de "mentalidad de pobreza" en la voluntad de las personas para buscar el éxito financiero y el bienestar? ¿Alguna vez te has sentido culpable por perseguir el éxito debido a tales creencias?
- El dinero es una herramienta poderosa para dar a conocer a Jesús. ¿Cómo ves el papel del dinero en tu fe y misión, y cómo puedes usarlo para tener un impacto positivo en el mundo?
- El Salmo 128:1-2 destaca la alegría y la prosperidad de los que siguen a Dios. ¿Cómo puedes caminar en la alegría y la abundancia sin dejar de ser fiel a tus creencias?
Tu potencial de grandeza
Tu pasado no determina tu futuro. Es posible que hayas sufrido reveses, tragedias y fracasos, pero nuestro Dios no es un Dios del pasado. Él es el Dios de tu potencial—el Dios de tu futuro. Tu creencia en lo que Él dice sobre ti es lo que determina tu futuro.
Dios conoce el potencial que puso dentro de ti, y dice que has sido creado para grandes cosas.
Incluso si has sufrido un fracaso, Dios tiene planes más elevados para ti. No aceptes simplemente el estado en el que se encuentra tu matrimonio o la distancia que hay entre tú y uno de tus hijos. Sus planes son mayores.
No renuncies a alcanzar una educación superior ni aceptes que siempre trabajarás en algo que detestas. Él no quiere que te quedes donde estás. ¡Dios tiene mucho más reservado para ti si tan solo crees!
Sus pensamientos sobre ti van mucho más allá de lo que puedas imaginar. De hecho, la limitada capacidad mental que tenemos como seres humanos, no puede entender la magnitud del potencial que Dios ha puesto dentro de nosotros.
Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre! Amén.
Efesios 3:20-21 (DHH)
Efesios 3:20 dice claramente que Dios puede hacer mucho más de lo que nos atrevemos a pedir o incluso a pensar. Sus planes para nosotros van infinitamente más allá de nuestras más altas oraciones, deseos, pensamientos, esperanzas o sueños.
Él quiere ayudarte a que tengas una vida mucho mejor de lo que podrías soñar, ¡y Él siempre cumple Sus promesas!
Preguntas de reflexión:
- Tu pasado no determina tu futuro, y Dios tiene planes más grandes para ti. ¿Puedes pensar en un momento en el que experimentaste contratiempos o fracasos y lograste superarlos creyendo en tu potencial?
- ¿Hay áreas en tu vida en las que has considerado rendirte o conformarte con menos de tu potencial?
- Efesios 3:20 muestra la capacidad de Dios para hacer más de lo que podemos pedir o pensar. ¿Cuáles son algunas maneras prácticas en las que puedes elevar tus expectativas y comenzar a creer en algo más?
Conclusión
Construir una nueva normalidad puede parecer aterrador, porque requiere salir de tu zona de confort, dar un paso hacia lo desconocido y, con frecuencia, hacer mucho trabajo duro. Pero cuando decides dar el salto, ¡no hay límites para lo que Dios puede hacer por ti!
Esperamos que, con la lectura de estos cinco capítulos, hayas creado nuevas expectativas para tu vida y tu futuro.
Estos son algunos puntos clave de cada capítulo para resumir lo que cubrimos:
Capítulo 1: Tu normalidad no es un destino fijo, sino un concepto flexible que puede ser reformado a través del poder de renovar tu mente con la Palabra de Dios.
Capítulo 2: Todas las promesas de Dios están disponibles para ti. ¡Empieza a creer que son tuyas!
Capítulo 3: Puedes lograr cosas asombrosas con la fuerza de Dios obrando a través de ti.
Capítulo 4: Cuando dejas de lado las creencias limitantes y aceptas la prosperidad sin culpa, el mundo se abre para ti de nuevas maneras.
Capítulo 5: Tu pasado no dicta tu futuro, ¡y Dios tiene planes increíbles para tu vida!
Al concluir este e-book, deja que estos principios te sirvan como recordatorio constante de que el camino hacia un futuro mejor, comienza con tu mentalidad. Acepta cada día como una oportunidad para vivir en lo mejor de Dios, para cumplir los sueños que Él te ha dado y para liberarte de las limitaciones.
Anímate a soñar en grande, a creer más profundamente y a vivir una vida que desafíe lo ordinario. Ahora estás preparado para establecer una nueva normalidad, una que esté llena de alegría, propósito y fe inquebrantable.