Introducción
Cuando piensas en tu futuro, ¿qué te viene a la mente? ¿Te ves creciendo y teniendo éxito, o te cuesta imaginar que vas más allá de tu situación actual? Gran parte de tu vida hasta este momento ha estado determinada por tu educación, tu entorno y tus circunstancias. Especialmente cuando somos niños, no tenemos el control de las muchas cosas que influyen en nuestra "configuración preestablecida".
Aunque no seas totalmente responsable de dónde estás hoy, sí tienes la responsabilidad de decidir a dónde vas a ir a partir de ahora. Si no tomas esa decisión, seguirás yendo por el mismo camino de siempre. Entonces, ¿qué quieres hacer con tu vida?
Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: Josué 24:15 (DHH)
Aquí es donde la gente se atasca, pensando que tienen que averiguar la única cosa que se supone que deben hacer. Ahora, Dios nos ha dado un propósito y principios en Su Palabra para guiarnos, pero eso no te impedirá que elijas una dirección. Él te dio libre albedrío. Tienes la capacidad de elegir lo que siembras en tu corazón y la clase de persona que serás.
Si no está satisfecho con lo que estás cosechando, Dios no puede violar tu libre albedrío y plantar nuevas semillas (o creencias) en tu corazón. Eso depende de ti. Él te ha dado todas las herramientas que necesitas.
Cuando piensas en el futuro, ¿quieres que tu vida marque la diferencia? ¿Quieres despertarte cada día con un sentido de esperanza y propósito? ¿Quieres disfrutar de un gran matrimonio, amistades maravillosas y una familia que sigue a Jesús? ¡Puedes empezar a establecer ese futuro ahora!
Empieza por tomar una decisión. Cuando decidas poner tu corazón en la Palabra de Dios, desarrollarás grandes creencias sobre quién es Dios y quién te hizo para ser. Repasemos seis formas concretas con las que puedes construir un futuro lleno de esperanza, propósito y plenitud.
Anímate
¿Cómo te animas? Es increíble tener a alguien cerca que te dé una palabra oportuna de aliento. Desafortunadamente, no siempre tenemos ese lujo. Pueden surgir problemas y no tener a alguien que nos fortalezca, ya sea en una dificultad financiera, de crianza, conyugal, o de salud. Por eso es esencial desarrollar la capacidad de fortalecernos.
Todo lo que antes se dijo en las Escrituras, se escribió para nuestra instrucción, para que con constancia y con el consuelo que de ellas recibimos, tengamos esperanza. Romanos 15:4 (DHH)
Como seres de tres partes, somos espíritu, alma y cuerpo. Aunque podemos ser animados en todas estas áreas, la manera más poderosa es la espiritual. Romanos 8:5-6 nos dice que el mundo espiritual es dominante.
Cuidar tu cuerpo para mantenerlo saludable puede ser edificante y el ejercicio físico puede fortalecerte y refrescarte. Si te sientes deprimido mental o emocionalmente, cambiar tu entorno puede ayudarte. Si has estado mirando las facturas o discutiendo con tu cónyuge, puedes refrescarte saliendo a pasear o tomando un café con un amigo.
Pero, ¿cómo nos damos ánimo espiritualmente? Una de las mejores maneras es meditar cada día en la Palabra de Dios. Es vital enfocarnos en ello y llevarlo a nuestro corazón. No hablo de memorizar las Escrituras, sino de leerlas y absorber la Palabra de Dios en lo más profundo de nuestro corazón.
Cuando necesites un empujón, saca poder de la Palabra de Dios. Declara Sus increíbles promesas sobre tu vida con confianza. ¡Hazlas tuyas porque lo son! Puedes fortalecerte con Su poder y provisión; ¡ese tipo de estímulo siempre está ahí para ser aprovechado!
Combate el desánimo
¿Sabías que animarte a ti mismo influye en quienes te rodean?
El capítulo 30 de Primera de Samuel nos da un ejemplo del poder de animarse a sí mismo en Dios y el efecto que esto tiene en los demás. David y sus hombres acababan de regresar a casa y descubrieron que los amalecitas habían destruido sus hogares. Sus esposas, hijos y todas sus posesiones habían sido tomadas. David y sus hombres “lloraron hasta quedarse sin fuerzas” (1 Samuel 30:4, AMP). ¡Estaban devastados! Su angustia se convirtió rápidamente en culpa y se volcaron contra David.
David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo… Pero David se sintió fortalecido y animado en el Señor su Dios. 1 Samuel 30:6 (AMP)
Cuando nos encontramos desanimados, es fácil tomar malas decisiones y decir o hacer cosas hirientes. Pero observa lo que hizo David en medio de este desánimo. Mientras estaba angustiado, rodeado de desesperación, sin nadie más que lo animara, David encontró fuerza y ánimo en Dios.
En realidad, David no solo se fortaleció en el Señor, sino que su ánimo se extendió por todo el campamento. Todo su ejército volvió a reunirse y, al final, lo recuperaron todo exitosamente. ¡El ánimo de David en Dios se extendió más allá de él mismo para influir en los corazones de seiscientos hombres guerreros que pasaron de estar quebrantados y desanimados a seguir a su líder hasta la victoria!
Billy Graham dijo una vez: “El valor es contagioso. Cuando un hombre valiente toma una posición, las espinas dorsales de los demás suelen fortalecerse". ¡David definitivamente estaría de acuerdo! La forma en que lideramos influye en todos los que nos rodean. No tienes que caer en el desánimo.
¡Encuentra ánimo en Cristo y observa cómo se extiende tu influencia!
Fortalécete con la oración
La oración puede fortalecerte, pero no todos los tipos de oración.
Muchos de nosotros fuimos educados para creer que la oración involucra rogar, molestar y suplicar a Dios para que Él haga algo. Sin embargo, en la raíz de los ruegos y las súplicas está la creencia errónea de que Dios no está dispuesto o está reteniendo aquello que estamos pidiendo. Contrariamente a esta idea, la Biblia nos dice que pidamos y creamos. (Vea Lucas 11:13, Juan 16:24, Mateo 21:22, Filipenses 4: 6-7, Mateo 7: 7-11.)
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad. Hebreos 4:16 (DHH)
Observa que Hebreos 4:16 no sugiere que nos acerquemos tímidamente a Dios, con el sombrero en la mano, tirando de Su manga hasta recibir una respuesta a nuestras oraciones. Dice que debemos llegar con valentía, ¿y adónde? ¿Al trono de la disciplina? ¿Al trono de la inaccesibilidad? No, ¡al trono de la gracia! La gracia es el favor inmerecido de Dios y es tu derecho como creyente acercarte con valentía y pedir lo que necesitas.
Entonces, ¿cómo nos fortalece la oración? Cuando comprendemos que Dios quiere y tiene lo mejor para nosotros, nuestras creencias empiezan a cambiar, alineándose con las verdades de Su Palabra.
Sea lo que sea con lo que estés lidiando, recuerda que cuentas con la gracia de Dios, Su capacidad. Agradécele por anticipado aquello que te ha prometido. Tienes el derecho de acercarte a tu Padre celestial para ser fortalecido con Su presencia y poder. Puedes hablar francamente con Él, como lo haría un niño con un padre increíblemente comprometido y amoroso.
Jesús con frecuencia pasaba tiempo en oración. Cuando Jesús oró, se fortaleció para seguir adelante y cumplir el llamado de Dios para Su vida.
¡Acércate con valentía a Aquel que te ama más que a nada!
Elige estar agradecido
Si deseas sentir la presencia de Dios, comienza con ser agradecido.
En los días difíciles, podemos pensar: "Bueno, no tengo nada que agradecer". Pero, sinceramente, siempre hay algo. Solo tenemos que tomar una decisión: podemos centrarnos en los problemas de nuestra vida o enfocarnos en Dios y dar gracias por todo lo que tenemos en Él.
Incluso en medio de un dolor profundo, una gran pérdida o un duelo, tenemos el poder de elegir ser agradecidos. Ahora, no estamos agradecidos por el dolor o las pérdidas. Pero a pesar de ellos, podemos estar agradecidos por un Dios que siempre está presente y que nos ama y nunca nos abandona. En medio de lo que sea que estemos enfrentando, Dios está a nuestro lado, con nosotros.
Vengan a las puertas y a los atrios de su templo con himnos de alabanza y gratitud. ¡Denle gracias, bendigan su nombre! Salmos 100:4 (DHH)
Ahora bien, la felicidad en la vida proviene de los acontecimientos. Son las actividades que disfrutamos, como ir a tomar un café, jugar a los bolos o ir de vacaciones. Pero el gozo tiene una fuente diferente.
El agradecimiento tiene la capacidad de avivar el gozo en lo profundo de nosotros, de modo que incluso en medio de la angustia, podemos decir: “Padre, te escojo. Dios, eres muy bueno". Elegir conscientemente hablar con agradecimiento hará que en tu espíritu se despierte la esperanza y el ánimo que se encuentran en Jesús.
El mundo sin Cristo conoce un desánimo tan profundo que se siente desesperado. Pero como creyentes, incluso en nuestros días más difíciles, todavía contamos con Jesús. Eso puede alimentar nuestras almas con esperanza, ¡y es algo por lo que debemos estar agradecidos!
Aprende a estar agradecido cada día con Dios y con las personas que te rodean. ¡Y no seas tímido para expresarlo! Cuando nos enfocamos en el agradecimiento, ¡se produce un cambio en el corazón!
Tus pensamientos son semillas
En Marcos 4, Jesús contó una parábola que según Él era la clave para entender el resto de sus enseñanzas: la historia del granjero que esparcía la semilla. Esta parábola se ha enseñado muchas veces, pero si no somos cuidadosos, podemos pasar por alto las asombrosas verdades que contiene. Me voy a enfocar en una en particular.
Dios no es el granjero. Tú lo eres. En otras palabras, eres responsable de lo que siembras en tu corazón. Proverbios 4:23 nos dice que cuidemos nuestro corazón, lo que significa que el trabajo depende de nosotros.
Todo lo que hay en tu corazón determina tu futuro. Influye en quién eres, las emociones que experimentas constantemente e incluso las cosas con las que luchas.
Les dijo: «¿No entienden ustedes esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderán todas las demás? Marcos 4:13 (NLT)
Puedes orar por obtener un gran avance, pero eso es solo una parte de la ecuación. La verdad es que no cosecharás lo que no has plantado. Dios creó un sistema de tiempo de siembra y cosecha. ¿Quieres calabazas? Planta calabazas. ¿Quieres más gozo? Planta Sus promesas de gozo.
Dios no puede violar tu libre albedrío y plantar por ti. La buena noticia es que En Su palabra Él te ha dado todo lo que necesitas. Mientras meditas en Sus promesas y principios, estás plantando Sus creencias en tu corazón. Esas semillas harán crecer la paz, la alegría y el propósito en tu vida.
Hoy, arremángate y toma la decisión de trabajar como un granjero. Cultiva grandes creencias sobre tu identidad, relaciones, dinero, salud y cualquier otra área. Mientras plantas la verdad en tu corazón, ¡el Espíritu Santo trabaja para producir una gran cosecha!
Medita sobre un propósito
¡La meditación es una de las formas más poderosas de darte ánimo!
Todo el mundo medita, aunque pocos lo hacen a propósito. Sin darnos cuenta, con frecuencia meditamos sobre el futuro. La meditación bíblica es diferente. Tiene que ver con imaginar el futuro en tu mente, lleno de las promesas de Dios. La memoria mira hacia el pasado, pero el tipo de meditación del que hablo mira hacia el futuro.
La televisión, los libros y las redes sociales con frecuencia nos alimentan de contenido para la meditación. Por ejemplo, tal vez estés enfrentando una situación laboral difícil y estés prestando atención a lo que los noticieros dicen sobre lo mal que está la economía. O mientras miras documentales sobre el cáncer, temes que te convertirás en una de las estadísticas que están citando. Estás imaginando mentalmente tu futuro y estás meditando en el peor escenario posible.
La preocupación es meditación negativa. Hace que pienses en el futuro e imagines escenas de derrota. Mientras meditas de esa manera, comienzas a ceder a lo que se podría pensar que es razonable. Pero considera esto: las personas razonables siempre se adaptan a su entorno. No provocan cambios; aceptan lo negativo. Pero las personas irracionales se oponen al statu quo. ¡Su fe en la gracia de Dios fluye de ellos y lo cambia todo!
No digo que no sea razonable ver programas sobre diferentes temas o ver las noticias, pero no medites en ello. Mantente informado, pero también reconoce que eres bendecido y un vencedor.
Meditaré en tus preceptos y pondré mi atención en tus caminos. Salmos 119:15 (NKJV)
Tenemos que decidir en qué enfocarnos. ¿Pasas tiempo en la Palabra de Dios todos los días? ¿Te animas con lo que Él dice sobre tu futuro?
Conclusión
Todos sabemos que podemos aprender de la experiencia. Pero la experiencia no es el mejor maestro. ¿Cuántos de nosotros desearíamos volver atrás y rehacer partes de nuestras vidas, sabiendo lo que sabemos ahora? El mejor maestro es el Espíritu Santo. Él puede hacernos ver las cosas con antelación. Con eso en mente, quiero conectar este libro electrónico sumergiéndonos en la sabiduría que se encuentra en la Palabra de Dios sobre el establecimiento de prioridades. Cuando lees Eclesiastés 1: 2-3, parece una lectura bastante deprimente. Sin embargo, el libro de Eclesiastés tiene un propósito profundo que debemos entender.
¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! ¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar en este mundo? Eclesiastés 1:2–3 (NLT)
En Eclesiastés, el escritor (que comúnmente se cree que es el rey Salomón) trata de mostrarnos lo insignificante que es perseguir el placer, la prosperidad o la posición. Todas estas cosas son estupendas y, por supuesto, Dios desea bendecirte, pero es un error establecer cualquier otra cosa que no sea Él como nuestra prioridad principal.
No desperdicies tu vida pensando en que cualquier otra cosa te satisfará. No hay una persona viva que te llene con el amor que necesitas a nivel del corazón. No hay tarea o posición que pueda satisfacer esa necesidad. La gente persigue estas cosas a costa de sus relaciones y su salud, luego, al final de sus vidas, se preguntan: "¿Qué es lo que he hecho?"
Toma esto del hombre más sabio que jamás haya vivido además de Jesús: Salomón. Era muy rico y hábil, pero no encontraba felicidad en esas cosas.
Reevalúa tus prioridades. Todo es inútil fuera del amor de Dios, así que primero toma la decisión de seguirlo. ¡Esa elección te dará una mayor esperanza para el futuro que cualquier otra cosa!