Introducción
¡El éxito tiene la aprobación de Dios! Pero algunas enseñanzas espirituales referentes a este tema, aunque puedan parecer bíblicas, pueden ser engañosas. La buena noticia es que, podemos conocer la verdad al crecer de manera continua en la Palabra de Dios. (2 Timoteo 2:15).
Por ejemplo, tal vez hayas escuchado que la pobreza es piadosa o que la prosperidad es pecado. No obstante, Deuteronomio 8:18 explica que Dios no está en contra de la riqueza, sino que nos da poder para tener éxito y prosperar. En realidad, el tema de las finanzas se menciona con frecuencia en la Biblia, porque Dios sabe que el dinero es algo que necesitamos para vivir.
Deben acordarse del Señor su Dios, ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con ustedes la alianza que antes había hecho con los antepasados de ustedes. Deuteronomio 8:18 (DHH)
Su Palabra nos recuerda que prosperar no solo está permitido, sino que también se considera beneficioso porque hay un propósito dado por Dios. La verdad es que las finanzas pueden ayudarnos a ganar influencia y "difundir la palabra" para alcanzar a más personas para el Reino.
Al fin y al cabo, no servimos a un Dios empobrecido; ¡sino a un Dios generoso y amoroso! Si el plan de Dios para nosotros fuera tener escasez, Él desearía que todo lo que emprendemos fracasara, pero Jeremías 29:11 dice que Sus planes son para prosperar y darnos esperanza.
¡Él no espera que iniciemos empresas para llegar a la bancarrota o que nos casemos para divorciarnos! Todo en nuestras vidas, ya sea el matrimonio, las relaciones, la salud, la profesión o las finanzas, está concebido para crecer y tener éxito.
Sigue leyendo la Palabra de Dios, con la convicción de que sin importar dónde vivas, quién seas, cual sea el color de tu piel o tu lengua materna, hay un llamado de Dios para tu vida. ¡Él te ha dado el permiso y el poder para soñar y ser exitoso!
Mantente en el camino
Con frecuencia, escuchamos que Dios se opone a la prosperidad porque la riqueza puede hacer que nos desviemos y no le sirvamos. ¡La verdad es que el Espíritu Santo está dentro de nosotros y nos ayuda a mantenernos en el camino!
Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra. Hechos 1:8 (DHH)
A veces creemos que el poder del Espíritu Santo actúa en nuestras vidas solo para ayudarnos a enseñar o predicar, o para imponer las manos sobre los enfermos para sanarlos. Aunque Su poder obra en nosotros de estas maneras, ¡hay mucho más!
El Léxico Griego del Nuevo Testamento de la NAS nos da una definición en varias fases de lo que incluye este poder. Los dos primeros puntos son comúnmente conocidos. El primero es el "poder inherente" y hace referencia a que en el momento que entregamos nuestras vidas a Cristo, somos llenos del Espíritu Santo quien reside en nosotros. El segundo punto es el "poder para realizar milagros", que tiene que ver con el poder del Espíritu Santo que podemos liberar para tener salud y ser protegidos.
Lo que con frecuencia olvidamos es el tercer punto: "poder moral y excelencia del alma". El poder del Espíritu Santo dentro de nosotros nos ayuda a vivir con excelencia moral. Esto significa que nos da la capacidad de mantenernos firmes para resistir la tentación de usar la riqueza de forma egoísta. Empoderados por el Espíritu Santo, podemos elevarnos en prosperidad, posición e influencia — y representar a Cristo de manera efectiva en las áreas en las que somos llamados.
¡El Espíritu Santo nos ayuda y orienta para que nuestra prosperidad se convierta en una herramienta utilizable por Dios para marcar la diferencia en este mundo, ahora y para las generaciones venideras!
Usa el poder que tienes
Hemos cubierto que tener al Espíritu Santo dentro de nosotros nos da el poder para mantenernos firmes para Dios mientras logramos el éxito.
De acuerdo al Léxico Griego del Nuevo Testamento de la NAS, otro aspecto que el poder del Espíritu Santo en nosotros incluye es el poder y la influencia que provienen de los bienes y las riquezas. Esta idea desafía la "mentalidad de pobreza" que es muy frecuente en la iglesia, pero es verdad. ¡Este poder que Él nos trae no se limita únicamente a las cosas "espirituales"!
Por ejemplo, en el mundo corporativo, el Espíritu Santo puede darte la habilidad de encontrar formas creativas para construir tu negocio, manejar personas y situaciones y crear influencia, ¡no solo donde vives sino en todo el mundo!
¿Por qué el Espíritu Santo estaría interesado en ayudarte a ganar influencia y ser exitoso? Es probable que algunas de las personas con las que te relacionas en tu oficina o área de especialización, nunca hayan escuchado hablar a un pastor. Pero verán tus acciones y escucharán tus palabras y serán influenciados por tu ejemplo porque has ganado una reputación. ¡Dios trabaja a través de nosotros de forma creativa!
La humildad y la reverencia al Señor traen como premio riquezas, honores y vida. Proverbios 22:4 (DHH)
El poder del Espíritu Santo en ti, te guiará para que te eleves a los reinos de influencia. Él desea ayudarte a crecer y prosperar en cada área de tu vida y, al mismo tiempo, ayudarte a ejercer el poder y la influencia que vienen con cada avance de posición. Él desea que disfrutes de tu éxito y, uses tu posición para promover el Reino de Dios y alcanzar a los que están extraviados.
Piensa en grande
Cualquier cosa que pongamos en nuestras manos, Dios quiere que crezca. ¡Él necesita que pensemos en grande!
En el Léxico Griego del Nuevo Testamento de la NAS, una de las definiciones del poder del Espíritu Santo en nuestras vidas se describe como "poder y recursos que surgen de los números". Eso quiere decir que el poder del Espíritu Santo en nosotros afecta todo lo relacionado con el crecimiento en cantidad.
Por ejemplo, quizás solo tengas una o dos personas trabajando en tu empresa, pero ¿podrías llegar a manejar diez? ¿Cincuenta? ¿Cientos? Si tienes cientos, ¿qué tal miles?
Es probable que hayas escuchado la creencia religiosa legalista de que Dios frena nuestro éxito en un punto determinado para mantenernos pequeños o humildes. Sin embargo, para avanzar y crecer, no podemos apegarnos a este pensamiento erróneo.
» No se les ocurra pensar: “Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo.” Deuteronomio 8:17 (DHH)
Hay un increíble poder e influencia que se deriva de los números, y que está relacionado con los clientes, las propiedades o las finanzas. En realidad, tenemos poder a través de la presencia del Espíritu Santo para que los números crezcan, y al hacerlo es posible ganar influencia para el Reino.
Si el mundo secular de los negocios no tiene problemas para crecer incluso en varios países, entonces, como creyentes deberíamos estar aún más animados, ¡recordando que tenemos una fuente interna de poder que nos ayuda a hacer lo mismo e incluso ir más allá!
Deshacernos de los pensamientos limitados nos libera para escuchar al Espíritu Santo mientras Él nos lleva a nuevas alturas. La voluntad de Dios es hacer grandes cosas para Su reino a través de nosotros. Es parte de nuestro propósito liderar con un avance continuo en cada área, y el Espíritu Santo está ahí para ayudarnos en cada paso del camino.
Camina en tu unción
Hablemos de la palabra "ungido". Quizás hayas escuchado algo como, "¡Vaya, ese predicador está muy ungido!" Esto puede llevarnos a pensar que la palabra “ungir” solo hace referencia a un don especial para el ministerio. Pero la palabra en sí solo significa "frotar o untar".
En el Antiguo Testamento, cuando las personas o los objetos eran ungidos con aceite, significaba que eran apartados con un propósito divino. Pero, ¿qué quiere decir ser ungido para un propósito divino?
y lo he llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad creativa, para hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce, para tallar y montar piedras preciosas, para tallar madera y para hacer cualquier trabajo artístico. Éxodo 31:3-5 (DHH)
Éxodo 31: 3-5 demuestra que esto no se refiere únicamente a ser llamado al ministerio, porque la persona que estaba llena del Espíritu de Dios no era un profeta — ¡era un hombre de negocios! En realidad, todos somos ungidos bajo el pacto del Nuevo Testamento, porque Jesús es el Ungido y está en nosotros.
Esto indica que los pastores y misioneros no tienen más unción que cualquier otro creyente. Con el Espíritu Santo, la unción — que incluye el poder de ministrar sanidad y hacer crecer nuestras finanzas — es igualmente dada a todos los creyentes.
En realidad todos tenemos dones variados y únicos y habilidades que el Espíritu Santo puede usar para promover el Reino. ¡Qué impresionante y alentador es saber que el poder que se nos da a través del Espíritu Santo es ilimitado, para cada creyente y cada área de la vida!
Deja la mentalidad de pobreza
¿Has tenido alguna vez dificultades para disfrutar del éxito que has obtenido?
A veces tenemos dificultades con la idea de la prosperidad, especialmente si fuimos criados en una religión basada en la ley que cree que la pobreza es el plan de Dios para mantenernos más cerca de Él. Estas doctrinas pueden sonar piadosas, pero no son bíblicas.
Una mentalidad de pobreza puede, en definitiva, sabotear el propósito y el plan completo que Dios tiene para tu vida.
Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Jeremías 29:11 (DHH)
Piénsalo: ¿qué pasaría si Dios te llamara a desarrollar una marca o un negocio con tanto éxito que millones de personas en todo el mundo observaran tu vida y descubrieran a Jesús? ¿Y si Él te llamara a un éxito financiero tal que te permitiera dar millones al ministerio?
Limitamos a Dios y lo que el desea hacer con nosotros cuando nos sentamos en la silla del pensamiento estrecho que proviene de una perspectiva de pobreza.
El problema con esta mentalidad es que cuando experimentamos el éxito, el enemigo dispara pensamientos intensos de culpa que alimentan esta creencia errónea sobre la prosperidad, y terminamos aceptándolos, "Dios no lo aprueba. No deberías ganar tanto dinero". La Biblia nos enseña a apagar esos dardos con el escudo de la fe — un escudo reforzado, fuerte, con el sistema de creencias correctas, basadas en lo que la Palabra de Dios dice sobre la prosperidad.
Busca la verdad sobre la prosperidad en la Palabra de Dios y encontrarás que todos tenemos un poder y un propósito dados por Dios para tener éxito. Dios te ha dado poder para florecer y está entusiasmado por verte crecer y triunfar en cada área de tu vida. ¡Él está a tu favor en todo momento!
Adquirir conocimiento
Como creyentes y gracias a Jesús que está en nosotros, tenemos todo lo que se requiere para construir una vida de éxito. Él nos calificó para cada promesa en la Biblia, lo que quiere decir que esas promesas son nuestras.
Por ejemplo, cuando estamos enfermos, declaramos la Palabra de Dios sobre nuestro cuerpo, decimos: "Cuerpo, estás sano y completo en el nombre de Jesús". Al hacer esto, no estamos mintiendo, sencillamente estamos hablando la verdad de lo que somos en Él.
El problema, cuando las cosas van mal, es que con frecuencia caemos en el juego de la culpa, decimos cosas como: "La universidad es muy difícil para alguien como yo" o "los ataques del diablo son muy fuertes para mí". Pensamientos como estos, ponen límites falsos a lo que somos en Cristo. Después de todo, ¿cómo podría el diablo ser demasiado fuerte para nosotros, si Jesús que está en nosotros —lo derrotó y ahora tiene toda la autoridad? (Véase Mateo 28:18).
Mi pueblo no tiene conocimiento, por eso ha sido destruido. Oseas 4:6 (DHH)
Las excusas y las culpas del diablo nos impiden aceptar nuestra responsabilidad y nos colocan en una zona en la que somos incapaces de cambiar. Observa que la Biblia no dice: "Mi pueblo ha sido destruido por el ataque del enemigo". Lo que realmente señala es la falta de conocimiento.
Cuando se presentan problemas con las organizaciones que ayudo a dirigir, acepto la responsabilidad porque es entonces cuando puedo buscar la causa raíz. Si lo que falta es conocimiento, una posible solución sería mejorar las habilidades o entendimiento en esa área.
Si combinamos este enfoque con el estudio diario de la Palabra de Dios, nada se interpondrá en nuestro camino al éxito. Podremos levantarnos y avanzar con los sistemas de creencias correctos. Es hora de abandonar esa vieja voz interior que dice: "No puedo", ¡porque en Cristo, podemos!
Sea un Dador
Unos años después de casarme con Sally, yo trabajaba como paramédico mientras Sally permanecía en casa con nuestros dos primeros hijos. No ganábamos mucho dinero, pero en nosotros estaba el deseo de dar. Tomamos la decisión de que, incluso en nuestra propia situación, continuaríamos siendo generosos con lo que teníamos.
Ser generoso puede ser difícil. A veces, dar duele tanto que te hace llorar. Pero el Salmo 126: 5-6 promete que "los que siembran con lágrimas, con gozo segarán". Desde luego, debemos ser sabios con nuestros recursos y cuidar de nosotros mismos y a nuestras familias. Al mismo tiempo, si servimos a Jesús, estamos llamados a ser generosos y a encontrar formas (según nuestras posibilidades) para cumplir con este llamado.
Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría. Aunque lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando de alegría, con manojos de trigo entre los brazos. Salmos 126:5–6 (DHH)
Cuando es difícil dar, debemos tener presente que estamos plantando semillas y esperando la cosecha que se aproxima. Nuestra generosidad está equipando a los santos y levantando la próxima generación de creyentes para que ardan por Dios. Hay un propósito detrás de lo que Dios nos ha dado. ¡Somos bendecidos para ser una bendición!
En 2 Corintios 9:6, dice que los que plantan solo unas pocas semillas obtendrán una pequeña cosecha, pero los que plantan con generosidad también cosecharán generosamente. Un agricultor planta semillas y espera una cosecha. De igual forma, podemos dar nuestro tiempo y recursos esperando una cosecha de la bondad de Dios en nuestras vidas.
¡Decídete a ser generoso y promover el Reino de Dios! Observa lo que Él hará a través de ti.
Conclusión
Has sido llamado a la obra del ministerio. Pero, ¿qué es el ministerio? Podríamos pensar que hace referencia a pastores de tiempo completo, pero la verdad es que tiene una definición más amplia. Cada uno de nosotros es un ministro del Evangelio, y este ministerio debe llegar a todas las áreas de nuestro mundo.
Si como creyentes, queremos ejercer influencia en este mundo, debemos contar con creyentes asombrosos que sobresalgan en la política, los negocios, la educación y las artes. Pero algunos creyentes se incomodan cuando hablamos sobre el éxito. Cuando hay una necesidad, dirán: "Solo ora y Dios hará un milagro". Sí, Dios hace milagros. ¡Pero con frecuencia, el milagro que Él hace es levantar a personas que den, sirvan y financien el Reino!
Dios te ha dado el poder para que hagas algo que influya en las personas que te rodean para que miren a Jesús. Sin importar el campo en el que te encuentres, Él quiere que te levantes con excelencia y crezcas en todos los aspectos.
Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo... Efesios 4:12 (DHH)
Hay un propósito detrás de tu éxito que es más grande que tú. En Lucas 19:13 (KJV), Jesús nos dice que estemos ocupados hasta que Él vuelva. Él no quiere que tengamos vidas mediocres o que nos escondamos en la iglesia, temerosos de estar en un mundo inmenso y malo. Hay una cosecha que atraerá a gente maravillosa que no sabe cuánto los ama Dios.
La conclusión es que dentro de cien años, cuando ya no estemos, alguien más liderará nuestras iglesias y alcanzará a los perdidos. Quizás los métodos que tenemos para divulgar la Palabra de Dios cambien, pero la iglesia de Jesucristo no se detendrá. ¡Somos responsables de hacer crecer, tener éxito y transmitir nuestra fe a la próxima generación!