ebooks

Gracia Asombrosa

5 Elementos de tu Herencia

Read ebook
Leer
Download ebook
Descargar
Libro electrónico en español - Mayo 2021

Introducción

La gracia es con frecuencia malinterpretada. Muchas personas piensan que, si se equivocan muchas veces, perderán la gracia de Dios en sus vidas. Gálatas 5:4 menciona la caída de la gracia, pero ¿significa esto que los creyentes pueden perder el derecho a pasar la eternidad en el cielo?

La respuesta es no. Jesús aseguró el cielo para ti, para mí y para cualquiera que crea en Él. Es nuestra herencia desde el momento en que aceptamos la salvación como un regalo. ¡No te la mereces y yo tampoco! La buena noticia es que no se espera que la ganemos. La salvación es un regalo que nos ha sido dado por gracia.

Lo mismo ocurre con las promesas de Dios. ¿Has caído en la trampa de pensar que tienes que hacer algo para recibir lo que Dios te ha prometido? Quizás alguna vez lo milagroso fluyó con facilidad en tu vida, pero ahora no estás obteniendo los resultados que esperas. Eres infeliz e irritable en lugar de alegre y pacífico.

Cuando esto nos sucede, se llama "caer de la gracia", y quiere decir que ya no confiamos en la gracia de Dios, sino que confiamos en nuestras obras.

Ustedes, los que quieren ser reconocidos como justos por cumplir la ley, se han apartado de Cristo; han rechazado la generosidad de Dios. Gálatas 5:4 (DHH)

En Gálatas 2:21, dice que podemos frustrar la gracia de Dios. En algunas traducciones, dice anular o neutralizar. Cuando intentamos ganarnos lo milagroso, neutralizamos la gracia de Dios en nuestras vidas. Básicamente, ¡estamos tratando de ganar algo que Él ya nos ha dado!

Has recibido Su gracia como un regalo, pero debes elegir vivir en esta gracia todos los días de tu vida. Esta gracia es la increíble habilidad de caminar en Su fuerza sobrenatural. Por gracia, calificas para todas las bendiciones de Dios—Su paz, gozo y sanidad. Es tu herencia.

En este libro electrónico, quiero mostrarte lo asombrosa que esta herencia. ¡Tú puedes comenzar a depender y vivir en la gracia de Dios todos los días!

La gracia te da la habilidad de Dios

La gracia de Dios es Su favor inmerecido y poder en tu vida. Esta es una gran parte de tu herencia—y la manera como se accede al poder de Dios es a través de la fe.

Pero al igual que sucede con la "gracia", algunas personas han malinterpretado la "fe" a lo largo de los años. Piensan que la fe es la fuente de nuestro poder como creyentes.

Ahora, 1 Juan 5:4 (NKJV) dice, "esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe". Pero la fe no es la fuente de poder. El propósito de la fe es liberar la gracia de Dios.

La palabra griega para fe es pistis, que significa confianza. Es un convencimiento, una creencia que te persuade, es tener confianza en Dios. Cuando esta fe comienza a brotar en tu interior, libera el fluir de la gracia de Dios.

Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. Efesios 6:10 (DHH)

Todos hemos aprendido a usar nuestro propio conocimiento, fuerza y ​​talento, y podemos confiar fácilmente en esas cualidades. Pero no podrás cumplir con el futuro sobrenatural que Dios tiene para ti usando solo tu habilidad natural. Es por eso que Pablo dice que seamos fuertes en el Señor y en el poder de Su fuerza.  

Podría contarte historias sobre los momentos en los que la responsabilidad de liderar varias organizaciones se convirtió en estrés y la preocupación comenzó a afectarme. En lugar de permanecer en la gracia de Dios, trabajaba, analizaba y dependía de mis propias habilidades.

Pero me di cuenta de que no deseo ser fuerte en mi propio poder. Por supuesto, yo no me opongo a desarrollar habilidades o comprensión. Pero cuando pensamos que todo depende de nuestra fuerza y ​​sabiduría, comenzamos a soportar un peso que nunca debimos llevar.

Tú y yo tenemos una elección—podemos vivir en nuestras fuerzas o podemos hacer uso de nuestra fe para acceder a un flujo de gracia sobrenatural—¡el poder de Dios!

La gracia te da fuerza sobrenatural

Otra parte de tu herencia es la fuerza sobrenatural de Dios, y tú eres quien decide si accedes a ella o no.

Como mencioné anteriormente, cuando dejamos de confiar en la gracia y el poder de Dios, "caemos de la gracia". Veamos un momento en el que Pablo cayó de la gracia y dejó de caminar en la fuerza de Dios.

Aunque si quisiera yo gloriarme, eso no sería ninguna locura, porque estaría diciendo la verdad; pero no lo hago, para que nadie piense que soy más de lo que aparento o de lo que digo, juzgándome por lo extraordinario de esas revelaciones. Por eso, para que yo no me crea más de lo que soy, he tenido un sufrimiento, una especie de espina clavada en el cuerpo, que como un instrumento de Satanás vino a maltratarme. 2 Corintios 12:6-7 (DHH)

Cuando se escribió 2 Corintios 12:7, la gente acosaba a Pablo dondequiera que él iba. De ciudad en ciudad, mentían, hablaban de él y lo golpeaban—¡y él se estaba cansando de esa situación! En este momento de debilidad, Pablo se olvidó de la gracia de Dios, esa increíble fuerza y poder que le había sido dado. Por el contrario, le rogó a Dios que eliminara este problema, y ​​Dios le dijo: "te basta con mi gracia" (2 Corintios 12:9).

Muchos piensan que eso significa que Dios dijo que no, pero no es así. Dios le estaba indicando a Pablo que caminara en gracia. Pablo respondió recordando el increíble poder y la fuerza que se le había dado: "Así que, por causa de Cristo, me complazco y regocijo en... insultos, dificultades, persecuciones... porque cuando soy débil [en fuerza humana], entonces soy [verdaderamente] fuerte (capaz, poderoso en fuerza divina)" (2 Corintios 12:10).

La gracia de Dios es Su poder que fluye en tu vida para que se produzcan milagros en cada área. Pero Su gracia también te da la habilidad y la fuerza para caminar por tormentas y pruebas. Cuando le pedimos a Dios que nos ayude a enfrentar personas o situaciones difíciles, Su gracia es suficiente.

Pueden llegar tiempos difíciles, pero el yugo de Jesús es fácil y su carga es liviana (Mateo 11:30). Cuando tu propia fuerza no sea suficiente, recuerda que—¡eres capaz de enfrentar cualquier cosa con la fuerza sobrenatural de Dios!

La gracia te da tu identidad

En lo que tiene que ver con caminar en nuestra herencia, a veces creemos que nuestra fe debe estar conectada a un versículo bíblico específico. Si nos enfrentamos a una crisis de salud, declaramos una Escritura de sanación. Si estamos enfrentando problemas  financieros, encontramos una promesa sobre la provisión de Dios.

Pero antes de que te concentres en una promesa de Dios, las declaraciones más importantes de la Palabra están relacionadas con tu nueva identidad. Esta es otra parte de tu herencia como creyente, y es donde más necesitamos conectarnos con Dios a nivel del corazón.

Entonces, ¿cuál es tu identidad? ¿De dónde sacas tu autoestima? ¿Observas tus habilidades a nivel físico? ¿Te comparas con los demás? Es posible que te estés esforzando al máximo, tratando de ascender entre tus compañeros sólo para encontrar un sentido de importancia.

Pero la Palabra de Dios nos dice dónde buscar nuestra identidad: en Cristo. Él te ama y te valora. ¡Eres el hijo de un rey!

Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Juan 1:12 (DHH)  

Mientras mis cinco hijos crecían, nunca se veía a cuatro de ellos con ropa bonita y a uno con ropa horrible. No les daba a cuatro de ellos filete en la cena y el otro tenía que comer macarrones con queso en la esquina. Si estabas en la familia, podías esperar recibir lo que la familia tenía.

Por la gracia, eres parte de la familia de Dios. Como Su hijo, puedes decir: "No estoy tratando de ser sanado, estoy sano. No estoy tratando de ser próspero, soy próspero. No estoy tratando de encontrar paz, tengo paz".      

Cuando tu identidad está en Cristo, ¡empiezas a esperar todas las bendiciones que implica ser un verdadero hijo o hija de Dios!

La gracia identifica tu valor

Así como la gracia te da una nueva identidad, también determina tu valor.

Tu valor no viene de tu nombre, color de piel o el idioma que hablas. No se basa en tu papel de padre, madre, abogado o enfermero. Cuando tu identidad se basa en otras personas, entonces así también tu autoestima subirá y bajará dependiendo de si a tus amigos o compañeros les gustas o no les gustas.

Tu identidad está en Cristo. Dios te ama, ¡y no es porque hayas hecho algo para ganarlo! Cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo vino sobre él y dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco". ¿Jesús ya había logrado algo? No, no había iniciado Su ministerio ni había realizado un solo milagro. Sin embargo, Dios lo amaba, lo valoraba y creía en él.

Se oyó entonces una voz del cielo, que decía: «Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido.» Mateo 3:17 (DHH)

Si le has entregado tu vida a Jesús, Él ha puesto Su Espíritu en ti. Como creyentes tenemos lo que algunos podrían llamar una ventaja injusta: el poder increíble de Dios. Tú has desarrollado tus propios dones y habilidades, pero cada uno de ellos funciona increíblemente mejor bajo el flujo sobrenatural de Su gracia.

¿Cómo accedemos a esta gracia y habilidad? A través de la fe.

Gálatas 2: 19– 20 (DHH) dice: "Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí."

Así que, ponemos nuestra fe e identidad en Cristo. Cuando Él resucitó con nueva vida, tú resucitaste con Él. Esta nueva vida es tu herencia. Dios dice que eres Su hijo o hija amado, ¡y Él se complace en ti!

La gracia te ayuda a amar a los demás

¿Alguna vez has ha sido difícil para ti confiar en que Dios te ama y acepta tal y cómo eres?

Tal vez te preguntes si Él está enojado o molesto contigo, especialmente si has hecho cosas equivocadas. La cuestión es que Dios no te acepta por lo que hayas hecho. ¡Es porque Jesús te califica!  

Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8 (DHH)

Incluso cuando cometes un error grave, puedes dirigirte a Dios y decirle: "Padre, siento lo que hice. Deseo compensar a las personas que lastimé. Gracias por darme la capacidad de hacerlo mejor, y gracias porque Tu amor incondicional, favor y bendición están siempre en mi vida".

El favor y la bendición de Dios no se ganan. Están en tu vida porque Jesús es perfecto, no porque tú seas perfecto. Si pensamos que nos ganamos el favor y la bendición de Dios, nos enorgullecemos y juzgamos a los demás, especialmente a los que están teniendo dificultades. Necesitamos entender que la gracia de Dios es lo que nos permite tener Su favor. Ser aceptado por Él es un regalo, junto con Sus promesas.    

Cuanto más reconozcas la gracia y el amor que Dios tiene por ti, más comenzarás a amar a los demás como Él ama. Hoy, di algo como esto: “Padre, te amo. Estoy muy agradecido por lo que has hecho por mí. Mientras leo Tu Palabra, ayúdame a conocer y experimentar Tu amor en mayor medida. Sé que Tu amor tiene el poder de sanarme de adentro hacia afuera. Enséñame y guíame en mi camino hacia una mejor relación de amor contigo. Te lo ruego en el nombre de Jesús. Amén."

Conclusión

Digamos que tengo un tío rico que muere y me deja toda su herencia. Su testamento dice: "Todo esto es tuyo. Ahora eres dueño de compañías navieras en Europa, hoteles en la Riviera y granjas de ovejas en Australia hasta donde alcanza tu vista".

¡Yo realmente prestaría atención a ese testamento! Soy heredero y deseo saber a qué tengo derecho. No tengo que ganarme nada, esta herencia ya es mía. Solo necesito aprender a acceder a ella.

Lo mismo ocurre con la Palabra de Dios. En ella se describe la herencia que Jesús nos dio. Pero muchas veces, nos quedamos atascados tratando de lograr o ser algo que ya tenemos. Hemos puesto nuestra identidad en algo que no es Cristo y Su gracia.

Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Gálatas 4:7 (DHH)

Comienza a acceder a esta gracia descubriendo lo que Jesús hizo por ti y quién eres en Él. Su gracia te ha dado una nueva identidad.

Reconoce que eres heredero de la salvación. Has sido redimido de toda la maldición de la ley y ahora tienes acceso a todas las bendiciones de la ley. Todas las promesas de Dios son sí y amén para ti (2 Corintios 1:20). Gracias a Jesús, tú eres aceptado por Dios.  

Si has estado confiando en tu propia fuerza y ​​habilidad, comienza a confiar en la gracia que es tuya gratuitamente. Puedes despertar con alegría, sabiendo que nadie puede tocar el favor de Dios en tu vida. Nadie puede detener la promoción y la bendición que Él está trayendo. Permite que hoy sea el comienzo de tu caminar en la gracia y el poder de Dios. ¡Camina en tu herencia como heredero de Dios!

Gift Offer

Get this
Libro electrónico en español - Mayo 2021